domingo, 25 de septiembre de 2016

Marrast. Espronceda.


Sus amores pertenecen a la leyenda, y no resulta fácil determinar lo que cierto hay en ella.
..aunque ciertos períodos del exilio siguen siendo para nosotros zonas oscuras hemos podido describir, gracias a algunos documentos, las principales etapas de la estancia de Espronceda fuera de España:  Pero de su vida sentimental, nada revelan ni sus cartas conocidas ni los archivos. Con un alarde de detalles a menudo fruto de su imaginación, todos los biógrafos de Espronceda han hablado de la mujer que le inspiró más tarde uno de sus más hermosos cantos, Teresa Mancha.

García de Villalta, Ferrer del Rio, Rodríguez Solís y Cortón sitúan el primer encuentro entre Espronceda y Teresa en Portugal, es decir, a mediados de 1827. Según Villalta, los jóvenes debieron de conocese a raíz de las visitas de Teresa a su padre, el coronel Epifanio Manca, preso por aquel entonces en el castillo de Sao Jorge en Lisboa. Según pone de relieve Cascales, nada demuestra que Espronceda hubiese sido recluido en dicha fortaleza. De hecho, como ya hemos visto, el joven poeta se encontraba en la de Sao Vicente antes de ser expulsado de Portugal y embarcado rumbo a Londres, a finales de agosto de 1827. No obstante, tampoco existe prueba de que esta versión tradicional sea del todo falsa: el coronel Mancha residía por la misma época que Espronceda en Belem, cuyo corregidor le autorizó el 9 de noviembre a plazar su salida a fin de embarcar en un buque distinto del que se le había asignado. Rodríguez Solís cuenta que, como testimonio de amor a su galán, Teresa le regaló un gorro de cadete de artillería bordado por ella misma. No hay ningún motivo para pensar que este detalle sea falso. En cambio sí es falsa la leyenda, propalada por Ferrer del Río, Rodríguez Solís y cortón, según la cual Espronceda se hubiera marchado a Inglaterra siguiendo a Teresa;  en efecto, recordemos que el poeta desembarcó por primera vez en Londres el 15 de septeimbre de 1827, mientras que el coronel Epifanio Mancha, su mujer amparo Arroyal y sus hijos, Matilde, Teresa, María Salomé Amalia y Joaquín no llegaron allí hasta el 6 de diciembre.

   Según recordamos, en una carta a sus padres, del 27 de diciembre de 1827, Espronceda hacía referencia al proyecto, pronto abandonado, de ir a establecerse en Holanda. Puede que la llegada de Teresa a Londres -admitiendo que los jóvenes se hubieran conocido ya en Portugal- fuese una de las causas de su decisión de permanecer en Inglaterra. Resulta perfectamente comprensible la discrección de que hacen gala los  primeros biógrafos en relación con los amores de Espronceda y la hija del coronel Mancha: en efecto, cuando se publicó el artículo de El Labriego en 1841, hacía apenas dos años que Teresa había muerto. Cuando Rodríguez-Solís edito su obra sobre el poeta en 1883, sólo reveló las iniciales del coronel Mancha (a quien confundía además con su hermano Francisco de Paula)y las del marido de Teresa, y se limitó a vagas alusiones sobre la vida sentimental del poeta, sin duda en consideración a la hija de éste, Blanca, casada por entonces con Narciso de la Escosura. Sin embargo, ámbos biógrafos dan a entender con bastante claridad que estos amores fueron tempestuosos:

   Los compromisos y vicisitudes de aquellal pasión, de la cual todos los acctores fueron víctimas, obligaron a Espronceda a trasladarse a Francia en 1829 (García de Villalta)..

   Graves ocucrrencias de la familia, escenas desagradables, sucesos, en fin, de carácter íntimo, ocurridos en Londres e imposibles de narrar dada la justa reserva que nos hemos impuesto, obligaron a Espronceda y a Teresa a marchar a París (Rodríguez solís)

   Posteriormente, este último rectificó dicha aserción, tras conocer las confidencias de Balbino Cortés [...]. Los informes que la policía francesa elaboró en 1829 referentes al poeta no mencion a ninguna relación femenina en su vida. a principios de 1829 Teresa todavía no se había casado, según demuestra el suelto publicado por El emigrado observador en su número de febrero de dicho año. Así pues, antes de marzo de 1820 no pudo Teresa haber contraído matrimonio con Gregorio Bayo [Marrast alude a que no localizó documento alguno sobre la boda].

   Para conferir un carácter más romántico a los amores ilegítimos de Teresa, algunos biógrafos imaginaron que el yerno del coronel Mancha era un hombre ya viejo, o cuando menos de edad madura, a los brazos del cual habían arrojado a una joven a la que, evidentemente, esta unión repelía. ahora bien, en la época probable en que se casó, Gregorio de Bayo tenía veintiocho o veintiueve años; pertenecía a una rica familia de negociantes de Bilbao, en donde había formado parte de la Milicia nacional entre 1820 y 1823 [Marrast da cumplida información del coronel Mancha].

La vida en la emigración no debía de ser fácil para el coronel, a cargo de una familia numerosa; sin duda el matrimonio de Teresa permitió mejorar una situación econóica poco boyante. En 1829, año probable de su boda con gregorio de Bayo, la muchacha tenía dieciséis años y, a juzgar por los retratos que conocemos de ella, era muy hermosa. ¿Qué lugar ocupaba entonces Espronceda en su corazón? Resulta muy difícil reconstruir los episodios de la pasión de los dos amantes hasta su regreso a Madrid en marzo de 1833, ya que los testimonios tardíos no siempre coinciden con la cronología ni con los documentos. No obstante intentaremos cotejar las informaciones actualmente conocidas y proponer algunas hipótesis.

   Cuando, obedeciendo la orden de sus padres, Espronceda se dirigió a Francia a comienzos de 18290, había buscado previamente el modo de permanecer en Inglaterra. En efecto, recordaremos que, en su carta del 6 de marzo, escribía desde Bruselas a sus padres: "Crei colocarme en Londres con una bonita pensión, y dejar de serles gravoso". Una frase llena de vaguedad pero que, sea cual fuere la parte de verdad que hay en ella, demuestra claramente que el poeta deseaba dejar de estar a cargo de su familia, a fini de poder obrar a su antojo. Sin embargo, tuvo que trasladarse a Francia, por lo visto contra su voluntad (lo cual parece confirmar que su marcha -ya que deseaba evitarla- no estaba motivada por una misión política). Pero también cabe pensar que la salida del poeta para Francia le brindaba la oportunidad de alejarse de la ujer que aaba, precisamente cuando ésta iba a casarse con otro, de buen grado o presionada por su familia.
   Tenemos pues a Espronceda en París. A principios de 1830, se hospeda en el hotel Favart. Pero el 26 de mayo de este mismo año, Gregorio del Bayo se hallaba en la capital francesa y obtenía en la prefectura de policía un visado de pasaporte para Londres, vía Calais. No sabemos si estaba solo o acompañado de su mujer; y tampoco si se alojó en el mismo hotel Favart en donde había residido en 1826, aunque es probable. Por lo tanto,, puede que entonces Espronceda llegara a ver a su rival, y tal vez a Teresa. Recordemos estas frases extraídas de la primera biografía del poeta:

Allí [en París] también le persiguió el destino. Una casualidad funesta renovó los males que la buena fe y la abnegación se esforzaban en evitar y complicáronse más que nunca aquellos sucesos, hasta que la revolución de julio...les proporcionó su deesenlace, llamando a la frontera de España a todos los emigrados.

Así pues, pudo haberse producido un encuentro entre Teresa y José antes de julio de 1830. Pero ¿cuáles fueron estas nuevas complicaciones, fruto de dicha casualidad?

El 2 de marzo de 1830, el prefecto de policía expidió un pasaporte para Londres a Hernáiz; éste, recién llegado a Calais el 26 de mayo se embarcó al día siguiente rumbo a Douvres, a donde llegó el mismo día por la noche; el 14 de junio estaba ya de vuelta en Calais. si bien igonramos cuál fue el objeto de este rápido viaje, existe una curiosa coincidencia: Hernáiz abandonó París el mismo día en que Bayo hacía visar su pasaporte para Londres, vía Calais. De regreso aen dicho puerto, Hernáiz declaró que no tenía intención de preseguir su camino; deseaba sin duda volver a Inglaterra. El alcalde de Calais en su infore del mismo día al ministerio del Interior escribía: "Il (Hernáiz) accompagne, en ce moment, u anglais que est á la poursuite de sa feme, qu´il a retrouvée ici avec un autre Anglais, corconstance que a déjá occasionné du scandales dans cette ville". Inmediatamente se dio desde París la orden de expulsar a Hernáiz a Inglaterra, lo cual sucedió el 18 de junio; aquella misma noche, el compañero de Espronceda se encontraba en Douvres. Cabe preguntarse por qué razón Hernáiz, en posesión de un pasaporte el 2 de marzo de 1830, esperó al 26 de mayo para abandonar París ¿Sería acaso para seguir a Gregorio de Bayo, a petición de Espronceda? El inglés "a la poursuite de sa femme" (en busca de su mujer) quizá fuese el propio Bayo, sobre la nacionalidad del cual pudo haberse equivocado el alcalde de Calais. Pero ¿quién era el raptor? ¿Espronceda, que habría venido a esperar a Teresa? El que los viajes de Hernnáiz tengan o no alguna relación con el posible encuentro de los dos aantesm el que dicho encuentro tuviese lugar efectivamente en el hotel FAvart en 1830, o el que Espronceda coincidiera allí sólo con Gregorio del BAyo, no son más que una serie de conjeturas, un conjunto de detalles que excitan la curiosidad sin satisfacerla. Además, una vez sabido que bayo estaba en París en mayo de 1830, parece que la frase de Villalta haga realmente alusión a una entrevista, fruto de circunstancias fortuitas entre el arido y el amante -o el enamorado.

Como hemos dicho anteriormente cuando el coronel Epifanio Mancha regresó a Londres a fines de agosto de 1832, acababa de llegar de Marsella, en donde había residido durante algunos meses. Puede que Espronceda aprovechara la ausencia del padre de Teresa para volver junto a ella e intentar reconquistarla. La poesía titulada A Matilde (una de las hijas de Mancha) y fechada en "Londres, 1832) demuestra que frecuentó la familia de su amada durante su segunta estancia en Inglaterra. En esta composicón, hay unos versos que llaman la ateción, Primero éstos:

Nunca turben esos ojos / los enojos del amor



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